¿Vieron alguna vez a la serie Lost? Esa que se cae un avión en una isla y muchos de los pasajeros sobreviven. Y que después esa isla que en un principio parecía “desierta” no estaba tan “desierta” y al final había un montón de personas que hacían experimentos raros no se sabe bien por qué. ¿Se acuerdan? Bueno, esta es una de las estaciones DHARMA que Locke y Jack nunca llegaron a descubrir. Es la Estación 17 de octubre... Acá se trata de ensayar el pensamiento.

jueves, 24 de febrero de 2011

Lost II

Ya estuvimos hablando de la serie estadounidense Lost y algunos de sus derroteros filosóficos. Nos focalizamos en algunos de sus personajes y cómo estos representaban, en la forma en que estaban caracterizados, las teorías de los filósofos de los que llevaban sus nombres.
            Para este artículo pensamos algo distinto, tomar dos frases que se repiten hasta el cansancio a lo largo de las cinco temporadas –y que seguro se repetirán en la sexta- y tratar de ver cómo éstas se relacionan con los debates filsóficos más usuales.

            Una de ellas es “no confundas la coincidencia con el destino”. Tanto John Locke como Mr. Eko convirtieron esta frase en una muletilla que utilizaban cada vez que cosas extrañas sucedían en la isla. Generalmente tratan de fortalecer la idea de que “todo pasa por una razón” -otra de las expresiones utilizadas hasta el cansancio por estos dos personajes-.
            De todas formas, esta idea no está asociada a una razón que pueda ser descubierta sino a algo  que los obliga a actuar de una manera sin saber por qué tienen que hacerlo así. En esta línea se encuadran algunas de las acciones desarrolladas a lo largo de todas las temporadas: ingresar cada 108 minutos la famosa serie de números, construir una iglesia, seguir los mandatos de Jacob, hacer que los que se fueron regresen, etc. Hay un destino que desconocen pero que existe encubierto en aquello que en un primer momento puede aparecer como una casualidad.
            Jack, sin embargo, suele sostener la contraria: “no confundas el destino con la coincidencia”. Este personaje aparece como la representación de la ciencia occidental ya que todo el tiempo cuestiona aquellas decisiones que Locke basa y funda en los intereses superiores de “La isla”.
            Ambos personajes encarnan a dos posturas básicas dentro del teatro del pensamiento, aquel que basa sus acciones en los datos que brinda la experiencia y otro que las sostiene a partir de sus creencias; de su fe.
            De todas formas, vemos cómo nuevamente la trama de la serie, a medida que se desarrolla, va relegando una postura en detrimento de la otra. En efecto, Jack va sufriendo a lo largo de la última temporada una conversión que lo lleva a depositar en la figura de Locke la confianza en el destino y la salvación de los que habitan la isla. En otras palabras, la razón científica pierde terreno frente al mensaje mesiánico de los que sostienen que existe un interés superior de “La isla” y que el hecho de negarlo implicaría la desaparición y la muerte de toda su población.

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