¿Vieron alguna vez a la serie Lost? Esa que se cae un avión en una isla y muchos de los pasajeros sobreviven. Y que después esa isla que en un principio parecía “desierta” no estaba tan “desierta” y al final había un montón de personas que hacían experimentos raros no se sabe bien por qué. ¿Se acuerdan? Bueno, esta es una de las estaciones DHARMA que Locke y Jack nunca llegaron a descubrir. Es la Estación 17 de octubre... Acá se trata de ensayar el pensamiento.

jueves, 24 de febrero de 2011

Lost

¿Vieron alguna vez a la serie Lost? Esa que se cae un avión en una isla y muchos de los pasajeros sobreviven. Y que después esa isla que en un principio parecía “desierta” no estaba tan “desierta” y al final había un montón de personas que hacían experimentos raros no se sabe bien por qué. ¿Se acuerdan?
Bueno, en esa serie se plantean algunos problemas filosóficos que vale la pena comentar. Presten un poco de atención, les prometo que no va a ser aburrido.

Lost II

Ya estuvimos hablando de la serie estadounidense Lost y algunos de sus derroteros filosóficos. Nos focalizamos en algunos de sus personajes y cómo estos representaban, en la forma en que estaban caracterizados, las teorías de los filósofos de los que llevaban sus nombres.
            Para este artículo pensamos algo distinto, tomar dos frases que se repiten hasta el cansancio a lo largo de las cinco temporadas –y que seguro se repetirán en la sexta- y tratar de ver cómo éstas se relacionan con los debates filsóficos más usuales.

Lost III

Y sí… Seguimos con Lost. Y, aunque no lo crean, esto da para mucho más. Pero, como entendemos que esto se puede tornar un poco embolante, les prometemos que es la última. En este número nos vamos a enfocar en una de las temáticas más interesantes que toca la serie: la ambigüedad del mal.
            La ambigüedad que presenta la construcción de los personajes en relación a este tema es inquietante. Nunca sabemos quién es bueno y quién es malo. Esta temática que es bastante clara en la mayoría de las series norteamericanas -tal vez a excepción de Dr. House- en Lost nos descoloca totalmente.